lunes, 20 de diciembre de 2010

En busca de la felicidad

Desde que tengo memoria he leido o escuchado decir que Colombia es el pais que tiene la más amplia biodiversidad, que tiene el mejor cafe suave del mundo y que es uno de los paises más felices del mundo. Son las frases de cajón que usan muchos colombianos para defender al país ante la imagen oscura y prefabricada y llena de prejuicios que tienen muchas personas. Pero la verdad esto es nada mas que 'realidades' altamente discutibles.

Habiendo vivido en el pais la mayor parte de mi vida, encuentro dificil entender como puede sentirse feliz el colombiano de a pie, en medio de tantas carecias y rodeado de realidades tan duras como las que viven muchas personas en ciudades y campos. Sea por niveles agresivos de pobreza, efectos de la violencia o simplemente la concentración de mala suerte muchas personas pasan su vida sin viajar, sin saber que son unas vacaciones pagas, sin poder tener un hobby y disfrutarlo y sin imaginarse siquiera el hecho de tener una propiedad o la minima esperanza de mejorar su calidad de vida a un nivel aceptable.

Mientras en países del mal llamado primer mundo familias pobres son mantenidas por el estado, techo y comida garantizada, salud gratuita, educación disponible con ayudas del gobierno, familias humildes de nuestra patria son acosadas por carencia de empleo, sueldos minúsculos y elevados costos de vida de la mano de malos servicios publicos, escasas oportunidades y míseras condiciones.

Hace un tiempo en Bogotá, tuve la oportunidad de trabajar con humildes obreros de construcción, quienes tenian la fortaleza de sonreir todos los dias, ser amables y cálidos y siempre tener esperanza en su corazón. Cuando pienso en ellos y comparo las dificiles vidas que ellos llevaban con otros individuos que lo tienen todo a su disposicion y despilfarran a manos llenas el tiempo y las oportunidades, no me queda otra opción que sentir orgullo por los primeros y pena por los segundos.

Aunque siempre hay otra posibilidad, y esto se puede ilustrar con una imagen que no podre borrar de mi mente. Hace muchos años caminaba con un amigo en las bellas calles del barrio 7 de Agosto, en Bogotá cuando vimos a un indigente que estaba orinando en la calle dándole la cara a los carros y transeúntes que pasaban; creo que este hombre ignoraba donde estaba o quien lo veía mientras desocupaba su vejiga, pero lo que si era claro era la inmensa expresión de satisfacción, de felicidad que brillaba en su cara, en sus ojos.

Será que los colombianos somos asi de felices, en un caso similar al del indigente del 7 de Agosto?

lunes, 13 de diciembre de 2010

Sapitos al agua

Hace varios años un buen amigo me contó algo que he tratado por todos los medios de mantener en mi mente a todo momento.

Si alguien hace una prueba, aunque algo cruel parece real, se coloca un sapito en un recipiente con agua hirviendo, el sapito tan pronto siente el calor salta y hace todo lo posible para salvarse de morir quemado. En otro recipiente se coloca otro sapito, esta vez en agua fría, y encendemos en fuego. Lo que sucede es que este sapito a medida que la temperatura del agua aumenta se va acostumbrando, después de un tiempo observamos al sapito y lo veremos flotando sin vida en agua hirviendo.

Siento que algo parecido le está pasando a Bogotá. Recuerdo casi con cariño como se veía la ciudad hace 10 años con un nivel aceptable de organización, razonable cantidad de obras y un nuevo sistema de transporte que nos daba la ilusión de una ciudad que finalmente empezaba a despegar y a parecer la capital del país.

Pero como de costumbre en nuestro país, la ilusión era más cercana a espejismo y ahora quienes viven en Bogotá y quienes la añoran desde la distancia nos hemos convertido en sapitos en un recipiente con agua cada vez más caliente. Nadie salta para salvarse, solo presenciamos como la situación empeora gradualmente.

Transporte público con alto costo comparado con los ingresos de quienes lo usan, pocos buses muy llenos incluso en horas pico, cultura ciudadana inexistente, vías principales parcialmente bloqueadas gracias a obras licitadas muchas veces fraudalentamente y descaradamente retrasadas según cronograma original.

Vías locales llenos de huecos, alcantarillas bloqueadas y el nivel del agua subiendo gracias a quebradas y ríos en los cuales no se han hecho las obras públicas necesarias para su control en el invierno.

Por eso parece risible ver la noticia anunciando superautopistas en Bogotá.

Tal vez ver la ciudad en su estado actual nos impide pensar que sea posible, tal vez las últimas alcaldías ayudaron a erradicar nuestras ilusiones y de paso subirle la temperatura al agua.



viernes, 10 de diciembre de 2010

La perorata inicia

Un Colombiano que vive en el exterior no tiene mas remedio que valerse de internet para seguir 'conectado' e informado de lo que sucede en el país.

Desafortunadamente nuestros medios locales tienen la distintiva característica de ser parte de un conglomerado económico o de un grupo de poderosos a quienes deben rendir cuentas y es por eso que el flujo de la información se ve afectado en terminos de claridad y honestidad; los medios Colombianos no dudan por un minuto en favorecer con sus publicaciones a los poderosos, ya que tenemos grabado en el subconsciente frases como: 'No se puede patear la lonchera'.

Ahora, varios meses despues de que muchos pensabamos que nos habiamos liberado del poder criminal, mezquino y bajo del Uberrimo; podemos ver como esa personita despreciable sigue vigente haciendo uso de las redes sociales. Aún peor, su séquito (o lo que queda de él) lo acompaña en la tarea de seguir enajenando y obnubilando a la opinión pública.

Me parece doloroso ver que periodistas investigativos y medios de opinión libre son casi inexistentes en Colombia.
Prueba de la enajenación colectiva se puede ver en todas partes. Se puede ver como personas que se supone que tendrían un nivel cultural y de inteligencia aceptable; muchos colegas y conocidos, a quienes traté en mi paso por la universidad, muchos de ellos jóvenes profesionales de clase media y media alta tengan la audacia de anunciar sin pena que Uribe ha sido el mejor presidente que ha tenido el país. Ni hablar de personas de bajos recursos y limitada educación.


El plan malévolo de este oscuro personaje sigue funcionando. Polarización, ignorancia y odio. Si usted tiene la valentía de enfrentarse a uno de los llamados Uribistas y discutir sobre los innumerables motivos por los cuales ellos no están en lo cierto, lo más seguro es que termine su charla en discusión.

Hace varios meses unos de mis contactos de Facebook inició una batalla campal contra una de sus amigas porque ella esta en contra de Uribe y el (mi contacto) se hace llamar Uribista de corazón. Pude leer varios mensajes (en el muro de mi contacto) que iban y venían, todos ellos cargados de odio. En el último mensaje que aparecía publicado el Uribista le decia a su amiga que ya no la consideraba amiga suya.
Esta persona destilaba tanto odio que llegó a abrir un grupo de Facebook para atacar a su ex-amiga tildandola de enemiga de la patria.

El nivel de manipulación es altísimo.

Será que algún día personas como esta serán capaces de abrir los ojos a la verdad?


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