viernes, 21 de enero de 2011

Haciendo patria

Pocos días antes de que me embarcara en la muy dificil tarea de continuar mi carrera profesional lejos de la tierrita, un colega me atropelló con la siguiente frase: Yo no me voy a ir nunca de Colombia, yo me quedo haciendo patria. Ante tal sensación de orgullo nacionalista tan demoledor me quedó sembrada una duda: será que quienes partimos con ideales personales, profesionales o económicos somos en el fondo unos traidores apátridas?

Algunos años después, hable con este personaje y quise saber como iba creciendo y progresando el en la patria que tanto dice amar. Ante la pregunta: Que haz hecho? La respuesta casi autómata fué: "no nada raro, aqui trabajando y nada mas". Esta persona trabaja como empleado en una empresa en la que no se valora mucho a los profesionales y donde se le extrae a su personal hasta la ultima gota de energia a cambio de un sueldo mediocre y unas condiciones laborales poco envidiables. Si esta empresa le suena conocida, amigo lector es porque usted, tal vez al igual que yo, trabaja o trabajó en un lugar como ese. Su cargo año tras año veía una magica multiplicación de las responsabilidades, tareas y horas laborales, pero su sueldo seguia siendo muy similar, mientras que al final del mes cada vez el dinero le alcanzaba para comprarse menos y menos cosas.

Muchos de nosotros hemos sido la materia prima que se tritura en las maquinarias que generan riqueza para un reducido grupo de personas. Rara vez estas riquezas se ven invertidas en la sociedad, en nuestras ciudades o en el país.
Cada año miles de profesionales se unen al mismo círculo vicioso, con la esperanza de 'progresar' y poder tener los famosos: carro, casa y beca. Pero progresar se hace muy difícil siendo que en la actualidad tiene muchas empresas tienen el descaro de ofrecer a los nuevos graduandos sueldos alrededor de los 800.000 pesos, la misma cifra que hace 7 años. Tal promisoria suma que se acerca cada vez mas al salario mínimo.

Claro esta que no solo de salario se vive, tambien van de la mano las condiciones laborales, vacaciones o estabilidad. Con el paso del tiempo se puede apreciar que contratos a termino indefinido escasean, van desapareciendo mientras reina el famoso contrato de servicios, sin vacaciones, sin prima, sin cobertura de salud, sin seguridad y con la clara opcion ofrecida por empleadores: "si a usted no le gusta asi, ahí esta la puerta"

Aparentemente ahora hacer patria y apoyar el país es sinónimo de quedarse a soportar estas condiciones, enterrar la cabeza en la arena. Seguir trabajando, dejarse llevar por la neo-esclavitud laboral y limitarse a subsistir.

Si, tal vez quienes huímos de estas condiciones somos unos traidores. Traidores del sistema, traidores de los gatos gordos que llenan sus arcas sin parar. Tenemos claro nuestro instinto de supervivencia. Aunque salir del país no nos da, éxito immediato o riqueza garantizada, al menos nos da la tranquilidad de ver como algunas veces se puede encontrar un trabajo donde se respeta a la gente, el tiempo libre y el tiempo personal de los empleados tienen importancia y se trata de tener un balance entre vida laboral y vida personal, dandonos la oportunidad de aprovechar mejor el tiempo, disfrutar de familia y amigos y sentirse mas relajados.
Obviamente, este panorama tan idílico tambien esta en riesgo de desaparicion, empleadores tratan de obtener mejores ganancias con menor inversión, recortando beneficios, sueldos y cargos. Las crisis economicas, como la que (aún) se siente en varios paises ayudan a las empresas a tener una excusa para ir disminuyendo la calidad de los empleos ofrecidos.

Adentro del país muchos sobreviven y afuera otros luchan y se aprovechan de las oportunidades cuando se presentan. En ambos casos los objetivos son individuales, o familiares, me atrevo a decir que en casi ningun caso los profesionales hacemos patria. Solo estamos trabajando para nuestro propio beneficio.

Lo molesto del asunto es el falso nacionalismo que le da una excusa a algunos para justificar su posicion descalificando las decisiones de los demas.

viernes, 14 de enero de 2011

El cantar de la justicia

Esta mañana quede sin habla al leer la noticia que describe como el hijo de Ramon Isaza, reconocido jefe paramilitar del Magdalena Medio quien es actual huésped de la carcel La Picota grabo un disco y produjo un calendario como promoción. El personaje en cuestión es Oliverio Isaza, su nombre artistico es Oliver Isaza y su nombre en el mundo criminal es "Terror". Centenares de casos que lo vinculan con muertes y desapariciones en Antioquia, Tolima, Caldas y Cundinamarca respaldan la hoja de vida de tan 'ilustre' personaje. La historia que parece ser traida de los cabellos, es tristemente realidad. Digo tristemente porque es dificil tomar con humor que un caso como este se este presentando amparado por el llamado programa de Justicia y Reparación.

Uno de los temas que actualmente circulan por Youtube titulado "Naci de nuevo" contiene en sus letras frases como "que me perdonen Colombia querida" que ilustran los sentimientos de "Terror"



Otro tema se destaca con la frase: "Me dicen 'Terror' pues así me distinguen, pero soy humilde y muy sentimental. Sentimental claro, cientos de victimas lo comprueban.

Otra historia que ilustra la colorida y nefasta etapa de 8 años que el pais acaba de atravezar, y que al parecer no termina. Simplemente hay un nuevo títere, una rostro algo macabro que prometió continuismo y al parecer lo va a cumplir.

Para cerrar el tema por esta semana, los dejo con lo que se puede ver en la página web de Oliver cuando se da click a los vinculos:
Desmovilizacion, Reparacion o Hechos. Coincidencia?

martes, 4 de enero de 2011

Esclavos voluntarios

Hace unos dias tuve la oportunidad de ver un mini-documental llamado la historia de las cosas (Story of Stuff - en su titulo original). En este se hace un analisis de como la sociedad contemporanea esta esclavizada al concepto de comprar como una forma de obtener satisfaccion personal. Pareciera que nuestras vidas estuvieran delineadas con el unico proposito de seguir en un circulo vicioso que nos limita a trabajar para subsistir, llegar a casa y ver television, la cual nos impulsa a comprar y comprar porque hemos sido ordenados por los medios a hacerlo.


(Vas a trabajar, envias tus hijos al colegio, sigues las modas, actuas normal, caminas por el pavimento, ves television, ahorras para la vejez, obedeces las leyes. Repite despues de mi: Soy libre.)

Es inevitable pensar que la salida logica a esta situación seria liberarnos del yugo consumista y vivir con posesiones limitadas para así dedicarnos a llenar nuestro tiempo de actividades que nos llenen de satisfaccion real.
Despues de unos dias de reflexionar al respecto, pude observar el nivel de confort con el que viven algunas personas. Es inevitable poner en la balanza el ideal casi utópico de la liberación de la persona de los convencionalismos sociales y en el otro extremo una vida dedicada a suplir deseos y comodidades por medio de bienes materiales.

En el papel, o hipoteticamente muchos diriamos que cambiariamos nuestras (pocas o muchas) posesiones y comodidades por una vida llena de satisfaccion espiritual. Todo suena muy bien, pero creo que hemos estados expuestos por mucho tiempo a una campaña de enajenación prolongada y extensiva que nos hacer creer que somos lo que tenemos, lo que ganamos en nuestro salario, somos la casa y el barrio en el que vivimos y demostramos nuestro valor como personas comprando un carro ultimo modelo o el celular mas moderno.

Ahora bien, quien entre ustedes, amigos lectores sera capaz de cortar las cadenas?
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