sábado, 8 de junio de 2013

Todo Vale

Todo Vale

Hace unos días los medios Británicos reportaron como la justicia de este país condenó a James McCormick a 10 años de prisión. El señor McCormick es un estafador que por varios años engañó a cientos de personas, vendiendoles dispositivos que supuestamente podían detectar la presencia de explosivos.

McCormick vió la oportunidad de hacerse millonario cuando encontró en internet un producto que se promocionaba como un 'golf ball detector' (detector de pelotas de golf). El compró miles de aparatos y los re-empacó en nuevos estuches incluyendo manuales de uso en los que se aseguraba que dichos dispositivos podían detectar todo tipo de caletas, incluyendo drogas y explosivos en vehiculos y personas.

El británico creó una compañía que logró contratos multimillonarios con diferentes países incluyendo Irak, Kenia, Hong Kong, Egipto, Tailandia, Niger y Georgia. Especialmente en Irak, país golpeado por la guerra generalizada y el terrorismo; el señor McCormick logró vender un estimado de £38 millones de libras (aproximadamente unos 106 mil millones de pesos).

No se tienen datos precisos de cuantas bombas se dejaron de detectar por la policía y los ejercitos de dichos países; tampoco se sabe si la completa inoperabilidad de los dispositivos permitió actos terroristas. Lo único de lo que se tiene certeza es que había alguien ganando dinero a costa de la seguridad e inocencia de las corruptas fuerzas de seguridad de países tan convulsionados como Irak.

En el otro lado del planeta, una situación similar se esta presentando. Hace unas semanas leí un artículo en el espectador que describía un foro que tuvo lugar en la iglesia casa sobre la roca en Ibagué. El tema del foro: "Cristianismo y minería".

Los participantes del foro hicieron gala de creatividad para justificar la explotación minera en zonas de conservación ambiental. Según ellos, Dios mismo quiere que se exploten las minas y que lleguen las multinacionales a nuestros territorios rurales. La idea general es explotar las minas a costa del ecosistema, ganar contratos, hacerse a las consabidas tajadas por 'ayudar' a que se escoja una compañía en particular en los procesos de licitación. El foro ayudó a despejar las dudas sobre la minería y los argumentos de los ambientalistas; quienes son calificados como estorbos para el desarrollo. El progreso del país y la volundad de Dios dependen del enriquecimiento de unos pocos.

Esto es tan decadente como vender detectores de bombas falsos.

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