jueves, 10 de noviembre de 2011

La caja idiota

Recientemente tuve a oportunidad de exponerme a la programación televisiva de las frías mañanas capitalinas en una Bogotá, cada día más expuesta a su suerte; a la suerte de la sumisión a la ignorancia y la negación de la realidad.

Alternando entre la extensa oferta televisiva (Caracol y RCN) los programas de la mañana nos generan ganas de someternos a una lobotomía. Tal vez así logremos encontrarle el lado gracioso a Jota Mario o el lado interesante a las notas que se presentan. Cuando se interrumpe el programa para transmitir el noticiero, el tono y contenido de lo que se expone me recuerda la objetividad y profesionalismo del desaparecido diario 'El Bogotano' o del mítico 'El Espacio'.
Conductores ebrios que chocan estaciones de transmilenio en la madrugada o animadas fiestas de policias que se salen control cuando uno de los invitados cree que es buena idea explotar una granada. Desafortunadamente no me estoy inventando nada de lo que escribo.

A la hora del almuerzo, podía imaginar como miles de capitalinos se estaban deleitando como yo, con la intensidad de las emociones de los concursantes del precio es correcto que se acercaban al júbilo con la mera posibilidad de ganarse un horno microondas que en sus mentes imaginaban en sus propios hogares, decorados con coquetas carpetas de crochet y figurines de porcelana.
Al mejor estilo del boxeador que empezó a cosechar triunfos y a medida que su capacidad económica aumentó, compró como obsequio para su madre una nevera; la cual adornaba la sala de una humilde vivienda de una remota población de la costa Atlantica, vivienda que carecia de electricidad.

El programa de la tarde, justo despues de almuerzo me estaba generando indigestión. Estilo RCN, usa una modelo disfrazada de doctora de telenovela para hablar de temas medicos de vital importancia como la caspa. Como siempre RCN destilando credibilidad informativa.
Credibilidad que tiene en exceso el programa caso cerrado. Una copia barata del americano Judge Judy. No contentos con copiar formatos televisivos foráneos, en este caso se ha escogido un formato que exalta la sed por amarillismo y la pobreza mental del grueso de la población.

La calidad de la televisión privada Colombiana deja en evidencia el proyecto de masiva alienación del pueblo. Al tiempo que se nos mantenga entretenidos, mirando como nos tratan como idiotas, se hace claro que estamos siendo llevados por un camino que es fértil para la pereza mental, el conformismo y la satisfacción con lo que se tiene frente al desconocimiento de lo que podría ser una realidad mejor.

Viene a mi mente la alegoría de la caverna, donde quienes nunca habian salido de la caverna no lograban creer la descripción de la realidad de quienes habían tenido la oportunidad de verla con sus propios ojos. La caverna en la que nos encierran los medios, sólo nos permite ver una cara de la moneda, negandonos ver más allá de lo evidente y limitando cualquier posibilidad que tuvieramos de usar nuestra mente e imaginación para recrear una vida mejor. O al menos para intentarlo.
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