sábado, 17 de noviembre de 2012

Play the game


El jefe, esa figura gris, molesta y a veces fastidiosa sigue siendo ser omnipotente en los ambientes laborales.  El presente escrito tiene como objeto expresar mis (malos) sentimientos hacia este personaje. Obviamente no todos los jefes son así, pero algunos se toman el papel de malo y lo interpretan a la perfección.

Manipulacion en el espacio laboral.
Hace poco un colega y yo descubrimos como nuestro jefe nos estaba metiendo los dedos en la boca y manipulandonos a su antojo. Les describo la situación:
Mi grupo de trabajo se compone de 5 individuos incluyendome. Mi jefe, un tipo amargado, un vago tramador, un tipo relajado y yo.
*Mi jefe es sexista, falso y venenoso, pasa su vida criticando a los demas, sintiendose más pero tratando de ocultar que es menos que los demás.
*El tipo amargado lleva años en la compañía y otros lo conocen como don limón, esparce chismes, le cuenta todo a mi jefe, vive pendiente de los demás y para completar es un tacaño de mierda.
*El vago tramador pasa las horas en la oficina simulando trabajar, mientras a las escondidas actualiza su estatus de Facebook, juega con su Iphone y habla como un loro de sus conquistas amorosas o de sus aventuras alcoholicas con sus amigos.
*El tipo relajado es mi amigo, me cae bien, pero algunas veces me provoca ahorcarlo. Pierde facilmente el interés por lo que tenemos que hacer, se aburre y se queja sin parar sobre la situación. No hace nada para cambiar las cosas y no disimula sus pensamientos / sentimientos.
*Y quien les escribe que siente que sus capacidades están siendo desaprovechadas, pero que sigue haciendo su trabajo sin importar lo que pase. Obviamente hay desilusión, frustación y deseos de cambiar de trabajo pero la crisis económica no es el momento adecuado para dejar un trabajo por perseguir ideales profesionales.

Hace algunos meses hubo un aumento salarial y cada persona del equipo fue tratada de diferente forma. El sueldo del amargado es un misterio, unicamente sabemos que gana menos que el jefe pero mucho mas que los demás. El tipo relajado no recibio aumento, la excusa su pobre desempeño laboral y la crisis económica. El tramador recibio un 7% de aumento y yo un 4%. Los tres producimos la misma cantidad de trabajo, tenemos las mismas capacidades y cargo pero la percepción que mi jefe tiene genera un sueldo diferente.
Con esto llego a una conclusión desesperanzadora. Si yo quisiera ganar mas dinero y reconocimiento por lo que hago debería aparentar más, ser falsa y no necesariamente trabajar más o mejor. Mi amigo, el relajado ha dejado ver honestamente lo que siente y piensa y por eso se le castiga. Y al final de cuentas es el vago quien sale premiado.

Los jefes juegan con nosotros como peones en el ajedrez, somos las fichas y ellos nos mueven a su antojo. En tiempos de crisis su juego se hace mas emocionante ya que nos pueden amenazar con la temida 'reduccion de personal' o 'el ajuste de los gastos del departamento'; todo es palabrería para encubrir su verdadero interés que es recortar los gastos para hacer mas grande la suma que reciben de bono, sacar el pecho gracias al trabajo ajeno y seguir combatiendo su propia insatisfacción por tener a su vez como jefe a alguien que juega el mismo juego pero con reglas diferentes.

Lo ocurrido más recientemente en mi oficina se reduce al juego de las apariencias. Mi jefe nos ha 'recordado' nuestros compromisos contractuales y nos ha 'invitado' a quedarnos a trabajar horas extras. El tramador y el tipo amargado, a pesar que en el transcurso del día es muy poco lo que hacen se quedan trabajando tiempo extra. Pero únicamente se quedan trabajando más tiempo cuando alguien los ve, cuando mi jefe se queda con ellos y pueden simular que están trabajando. Es comprensible, no vale la pena hacer una gran actuación si no hay público. El tipo relajado se niega a quedarse tiempo extra porque (según sus propias palabras) "I will kiss no ass". Y yo sigo pensando, estoy en medio de dos opciones, mantener mis principios o jugar el juego para ser parte y no observador.

1/3 del día, de lunes a viernes terminamos jugando aunque no lo queramos a ser marionetas en este teatro materialista.
My Zimbio
Top Stories